Entiendo perfectamente tu perspectiva sobre la formación de un portero de fútbol. Tienes razón en que es un proceso que va más allá de simplemente "nacer" como portero. Los factores que influyen son múltiples:
- La motivación y decisión personal del pequeño de querer ser portero, influenciado quizás por sus ídolos o su propia familia.
- El papel clave de los entrenadores y el Entrenador de Porteros (EDP) para guiar al jugador, enseñarle los fundamentos técnicos y corregir sus errores con calma y paciencia.
- Evitar la presión excesiva de los padres, que pueden generar estrés y confusión en el portero en formación.
- Enfocarse en el aprendizaje, la diversión y el desarrollo integral del jugador, más que solo en ganar partidos.
Como bien dices, el objetivo es que el portero aprenda, corrija sus errores y se vaya mentalizando poco a poco, siempre con el apoyo y la guía adecuada de sus entrenadores "futbolísticos". De esta manera, el niño disfrutará del proceso y podrá evolucionar para llegar a ser un gran portero en el futuro.
La clave está en ese equilibrio entre la enseñanza técnica, la mentalidad y el disfrute del fútbol. Si se logra ese balance, seguro que el pequeño portero se desarrollará de forma óptima y aprenderá a amar su posición.